miércoles, 16 de enero de 2013

Nómade

Den el primer paso, no se arrepentirán. Sin esperar nada. Solo por la satisfacción de saber siempre que sus vidas les pertenecen y que ustedes escogen.
Den el primer paso, porque al mirar atrás no tendrán esa terrible necesidad de echarle la culpa a nadie
Den el primer paso, porque saborear esa adrenalínica sensación de apostar por uno mismo no tiene precio.
De en el primer paso, porque así llegaron ustedes a mi vida y yo no me arrepiento
Porque un día decidí parar, detenerme y asentarme. Ser nómade en el amor fue muy divertido pero si algún día quería que mi corazón descansara y que ustedes llegaran debía hacerles un espacio.
Y como todo pasa por algo... tengo que decir que cada paso que di, cada cosa que hice fue una milimétrica conspiración de la que yo era dueña sin saberlo. Dando siempre los primeros pasos, también muchas veces sin saberlo.
...Un día tuve 15 (si hoy tengo 29 y no se que año sea cuando lean esto ni cuantos años tendré, pero espero que lo lean) y conocí a su papá. Era flaco, muy flaco. Era un papá distinto al que conocen hoy. Unos pelos más, unos tatuajes menos. No me gustaba para nada. Nos conocimos sin querer, pero ahora que recuerdo yo también ahí di el primer paso porque a quien nos presentó le pedí que me llevara a su trabajo. Era verano y yo estaba de vacaciones, aburridísima. Era 1998 y yo estaba en 3ero de media.
El verano acabó, las visitas también y el mundo siguió girando... El mio muy rápido pero no nos vamos a distraer mucho en eso porque prefiero contarles todo lo que quieran saber de mí personalmente. Serán las únicas personas a las que nunca les voy a mentir.
Así sin mayores detalles pasaron años, era el 2003. Un año duro, muy duro. Durísimo. Andaba con la brújula perdida. Hice tonterías. Hice cosas muy graves de las que no me arrepiento tampoco. Herí personas. Murió mi abuelo (y solo ahí pude darme cuenta lo mucho que lo quería). Andaba muy mal mi relación con mi mamá, con mi papá ni qué decir. Pero la peor relación era la que tuve conmigo misma. Igual insisto, no me arrepiento de nada.
Ese año tuvo las mejores experiencias que recuerdo y las más tristes. Fui feliz muchas veces, muchas. Pero luego las tormentas venían y me hacía trizas... En octubre vi el email de su papá.
Se acordaría de mi? - Yo lo recordaba.
Y aquí vamos otra vez. Sin nada que me avisara que la piscina estaba llena o vacía le escribí. Me respondió. Nos empezamos a escribir.
Le contaba algunas cosas, el otras pocas. Pasaron los meses sin que pasara nada.
Se acabó el año. Enero se abrió paso con fuerza y me cogió agotada. Ya habían cosas a las que no estaba dispuesta. Personas para las que ya no estaba dispuesta y personas que no estaban dispuestas para mi - felizmente.
Era viernes, era 16, eran casi las 5pm.
Tomé el teléfono dispuesta a hacer planes. Recuerdo casi fotográficamente haberme parado frente al teléfono diciéndome a mi misma que quería hacer algo diferente. Con alguien distinto. Que no sea nada igual, que pueda cambiar. (Me acaban de dar escalofríos por dios)
Empecé por la A, seguí y seguí mientras nada llamaba mi atención. De pronto pronto se detuvo. Mi dedo se detuvo. Jonathan Guerra decía iluminado de azul mi celular.
Llamé, fui Julieta un seguido. Volví a ser Natalia al siguiente. Le pregunté si se acordaba de mi - dijo que si. Le pregunté si quería tomarse unas chelas - dijo que si.
Les juro, por ustedes mismas que no tenía idea de todo lo que pasaría después. Lo juro.
Quedamos en encontrarnos en Larco con Benavides. Recuerdo aun cuando me dijo que era suerte haber quedado así porque su papá a esa hora ya siempre estaba camino a su casa. Lejos, muy lejos.
Nos encontramos. Fuimos al banco, yo no acostumbraba a que nadie me pagara las cuentas y si íbamos a terminar teniendo sexo no le iba a dar la oportunidad de decir que me tuvo que emborrachar. Siempre, siempre tomen con su plata.
Caminamos y nos fuimos a un lugar de Miraflores llamado "El Chelín", nos acomodamos y Porfirio nos atendió. Tomamos. Conversamos casi a morir. Casi a matar
Bacilos sonó y "Bésela ya" hizo que me sacara a bailar... poco después su papá confesó que no le gustaba bailar.
Haciéndole caso literal a la letra pues me besó. Ya! En ese momento. Luego en otros momentos más. Y en honor a la verdad yo estaba encantada con esos besos.
Las horas volaban, corrían como queriendo escapar de nosotros.
Tocaba irse, porque para que las cosas no fueran igual como las hacía yo siempre... entonces no debía irme con demasiados tragos de más y de día.
Quería pasar esa noche con su papá pero no lo insinuó. No entendía nada. Lo invité a salir, tomamos, bailamos, nos besamos, pagamos a medias... y nada? Imposible. Este chico no era normal.
Hice lo que pude para que nos vayamos a otro sitio y nada sirvió. Recuerden que yo había empezado queriendo que cualquier cosa fuera diferente. Más diferente que terminar una noche a las cuatro de la madrugada no había.
A punto de tomar el taxi su papá insistió en acompañarme (yo vivía lejos muy lejos, estábamos de polo a polo). No era necesario le insistía. Yo sabía perféctamente moverme sola. Pero el insistió más y terminó llevándome a casa.
Llegamos, lo acomodé en el sillón es mucho decir porque solo se echó. Yo derechito a mi cuarto sin esperanza de gateo.
Amaneció antes para él. Su abuelo a periodicazos lo levantó - pero dejaré que esa parte de la historia se las cuente él.
Amaneció luego para mi. Encontré unos mensajes suyo es el celular "No te quieres levantar y darme un besito" ... Qué? ... A ver, si ya la noche pasó, es otro día, y ya fue porque entonces quieres un beso? ... Era muy raro este chico, al día siguiente ya nunca pasa nada. Vuelven a ser amigos nomas.
Qué tonta era no? ... Todo lo que estaba pasando y yo ni cuenta. Ni por acá, ni por allá advertía nada.
Luego de todo almorzamos, conversamos y bueno... tenía que irse no? Este chico tenía familia... casi desesperada porque no llegaba su casa y su papá era un reloj.
Se fue. Admito que algo de aquel deseo de que todo empezara a ser diferente había empezado a cumplirse. No entendía bien que. No sabía bien como. Pero estaba siendo cumplido mi deseo.
Mensajes de texto de ida y vuelta... pero en mi cabeza la misma pregunta. Por qué? Si ya fue no? ... Recuerdo que internamente pensaba... "Tranquilo no te preocupes, no me voy a sentir mal si jamás vuelves a llamar" Pero nada de eso sucedería, sino más bien todo lo contrario.
Pasó el lunes, vino el Martes. Recuerdo que nos vimos. Algo en efecto ya no era igual, lo que no supe en ese momento es que nunca nada volvería ser igual.
Ni su papá, ni yo, ni nuestras vidas.
Ese día, 21 me pidió que fuéramos enamorados. Acepte. Acepté feliz. Acepté sorprendida. Acepté emocionada.
Después de eso pasaron muchas cosas. Recuerdo que luego de varios días y de que su cara fuera cara conocida un día el papapa me dijo... "Lo veo muy seguido por aquí, ¿Eso es lo qué quieres? .- Sí eso quiero. 
Al mes siguiente estábamos en saga comprando cosas para vivir juntos, a los pocos meses una noche hermosa le dije que que si seguíamos haciendo el amor de esa manera esa noche entonces seríamos papás. Tienes miedo? preguntó. No, dije que no. Y listo, un 16 de Julio del 2004 tu Valentina entraste en nuestras vidas. Años después vienes tu Lu. Prometo contarte a detalle como mi perseverancia hoy es tu ADN.
Yo no tuve miedo. No he vuelto a sentir miedo nunca más. No he tenido que desear nada más.
No se llama conformidad, se llama plenitud.
Se dan cuenta? Hoy es 16 de Enero y ya pasaron 9 años de ese día.
Vamos, den el primer paso. Siempre. Así es como me uní a su papá. Así es como ustedes llegaron a mi. Así es como se debe vivir.

martes, 1 de enero de 2013

Los nombres propios empiezan con mayúscula

Porque hay cosas que uno siempre sabe... como una telaraña que se empieza a tejer. 
Esa sensación.. ese malpensar y siempre creer lo peor. Ese saber diferenciar una letra, un nombre, un tono de voz, una ventana que se cierra, un mensaje que se borra.
Tristemente nunca me equivoco. Pero la falta del más mínimo cuidado o la menor señal de decencia es lo que nos hace tan diferentes. 2012, puedes irte o volver cuando quieras. nunca estoy con la guardia baja