domingo, 3 de septiembre de 2017

Yo también hago pataleta

Hoy te hice una pataleta terrible, terrible y de la que me siento avergonzada.
No, no hiciste nada malo.
No, no tienes que cambiar nada
No, aun no te encuentro defectos
Y por mi primera vez en mucho tiempo pedí disculpas.
Perdóname porque me dejé llevar por los malos recuerdos del silencio y los largos caminos renegando sin mirar a quien está a tu lado. Perdóname el desborde y la intensidad, por un segundo me dolió tanto la memoria que no supe que hacer y en qué momento parar. Perdóname porque yo fui eso que viste ayer alguna vez y que prometí no volver a ser nunca más y ayer tropecé torpemente con el pasado y me olvidé de quien soy ahora y de quien eres tu.
Ayer vi esa cara de desconcierto y de preocupación ante esto desconocido para ti, bueno ahora lo ves. Había quedado un poquito de escombros dentro mío y ayer salió todo a flote, así era yo. Lo siento tanto y me averguenzo mucho.
En todo este tiempo lo que viste no se acercó para nada a ese mostruoso ser que te hice ver.
Lo siento de nuevo.
Lo siento porque no te lo merecías.
Gracias por el amor que me das y la paciencia que me tienes.
Gracias por abrazarme ayer y volver a juntar todos los pedacitos que se me soltaron por un momento.
Gracias por los besos en la frente y la paz que volví a sentir luego.
Gracias por que hoy me levanté, y estabas ahí a mi lado y sabía que esta todo bien que iremos a Minka, que compraremos chucherías, que el Outlet nos espera siempre.



viernes, 1 de septiembre de 2017


A veces me causa gran curiosidad el interés que puede generar mi presencia en el blog, que incluso trato de que sea mínima 
Aquí algunas razones para desanimarlas de esa búsqueda cualidades que creen que puedo tener y evidentemente no tengo


  1. No creo en dios, en ninguno. Si ninguno. En mi casa no se practica ninguna religión, doctrina o lectura teológica. No rezamos antes de comer ni antes de dormir ni mucho menos llevo estampitas en mi billetera ni comparto fotos de Jesús o algún santo o angel o virgen porque tampoco creo en ellos. Tampoco vamos a misa, ni nos confesamos ni nada. No hay ni biblia. Aunque debo decir Luciana es la más religiosa y la respeto. Pero le hago saber que no creo en lo que ella cree invitándola al cuestionamiento y a la crítica. A Valentina le da igual.
  2. Estoy plenamente de acuerdo con el aborto en cualquiera de sus modalidades y pretextos bajo los que una mujer se lo quiera practicar. Si, creo plenamente en él y también creo que no genera traumas de por vida ni alteraciones psicológicas. Y claro tengo hijas. Si, tengo el numero que escogí tener, aunque hubiera salido embarazada 10 veces, solo tendría los hijos que quiero criar.
  3. Creo en la adopción de niños y niñas por parejas homosexuales (hombre/hombre o mujer/mujer) Me parece perfecto que lo hagan y no me parece ni una monstruosidad ni nada malo. No veo el problema ni me genera drama alguno. Muy por el contrario me parece fantástico y lo apoyo, y lo aplaudo y firmo lo que sea necesario para que dejen de haber albergues con niños abandonados y pasen mejor a una familia que los ama.
  4. Creo profundamente en la igualdad de derechos civiles (los religiosos me valen un poco menos que nada) para las parejas del mismo sexo. No tolero la discriminación, ni la doble pose, ni la crítica recalcitrante de que dios hizo varón y mujer y bla bla bla. Creo que el amor es superior a la ignorancia y tarde o temprano es una barrera que será derribada. Así que eso de "Con mis hijos no te metas" aplica más bien para que no se metan a infundirles miedos y tonterías.
  5. No soy partidaria de ser amiga de mis hijas, por lo tanto no lo soy ni tengo pensado serlo. No necesitan más amigas, tienen varias. Y yo estoy por encima de todas ellas porque soy su mamá. Fin.
  6. Creo en la pena de muerte para todo aquel que lastime o le haga daño a un niño. Sea su padre, madre, el vecino, el profesor o el cura de la parroquia. Los quemaría vivos, les echaría aguita y luego les volvería a prender fuego para su muerte sea espantosa y dolorosa. No soporto el mal a una criatura ni producto de la violencia física o sexual ni tampoco la psicológica.
  7. No tolero mentira y no la olvido nunca. Y cuando digo nunca, quienes me conocen bien saben que grabo mi palabra en piedra. La perdono, pero nunca miro igual.
  8. No tolero la traición, esa no la perdono, no la olvido, no nada de nada. Y eso te convierte en nada, sales inmediatamente de mi existencia y de pronto no estás más. No importa que pase.
  9. Cuando digo no, o nunca más es para siempre. Hay algo que se activa en mi cuando tomo una decisión y si llego al punto en donde ya no puedo más entonces. Listo. Terminó.
  10. Le he perdido el miedo a casi todo porque la vida se ha encargado de que cada vez que he creído que el problema que tenía me iba a matar de la pena... No me ha matado. Aquí ando. Todo lo que he conseguido con esto es hacerme saber lo fuerte que soy y por consiguiente enseñarle a los demás a no jugarse tontamente los pellejos conmigo. Y no voy cerrando la puerta por miedo a que alguien deje de estar en mi vida, sino por el contrario vivo a puertas abiertas. Y curiosamente ahora que tengo la puerta abierta de par en par nadie se quiere ir (Quien los/las entiende)
  11. No soy partidaria de los sacrificios ni las autoflagelaciones. Si algo no me gusta, no me hace feliz, no me tiene contenta, etc. Simplemente lo dejo, lo cambio, renuncio o salgo corriendo y ya. En serio, cero capacidad de inmolarme a las causas perdidas. Y como encima no aspiro a tener una plaza con mi nombre me cae perfecto poder hacer y no hacer lo que quiero.
  12. No soy ambiciosa. No tengo carro, no se manejar, no tengo departamento propio, mis hijas estudian en colegio nacional, no he viajado nunca fuera del Perú, etc. Los tormentos materiales que a otros les quitan el sueño a mi no me pasan ni cosquillas. Soy bien básica. No voy a la peluquería, tengo mil canas, no voy al gimnasio, no hago ejercicio ni practico deportes. No ando yendo a los sitios de moda y si fui a algún concierto VIP fue de gratis. No uso tacos ni ropa apretada, casi no me pinto, adoro estar en pijama. Me tiro pedos y chanchos y también a veces me como los mocos. No tomo nada para bajar de peso, ni me hecho cremas antes de dormir, ni me hago la cera y ni pensar la depilación brasilera.
  13. Me siento complétamente feliz con mis kilos demás, mis rollos, mi pecas, mis estrias, mis lonjas en la cintura (lo que debería ser mi cintura) mis pelos en las piernas, los cayos en mis talones, mi voz gruesa y gritona y siento que no tengo nada que envidiarle ni a la misma Kim Kardashian porque me siento más regia que ella. Y lo he comprobado ya casi científicamente que no hay flaquita, ni modelito, ni anfitriona, ni chica A1 que me haya movido ni un poquito el piso. Porque así tal cual, la gente me adora y tengo sitios privilegiados en sus vidas. Y he visto a mucha gente pasar en muchas y muy dificiles circunstancias, y yo sigo aquí. (No humilde tampoco soy)
Ven? Se los dije.