miércoles, 12 de marzo de 2014

ESPERANZA Y YO

Hola Esperanza.
Quería agradecerte por mantenerte firme y a mi lado. Espero no estarte sobre-exigiendo. Te demando mucho tiempo y rezos y todo cuanto puedo.
Debes estar agotada de que te nombre a cada rato, de ser esa palabra que da vueltas y vueltas. No me dejes. No te pierdas. Sigue incrustada.
Devuélveme el apetito y la risa. Devuélveme a mi esposo y has más fuerte a mi familia.
No me quites el aliento, ábrete al futuro que nunca antes había sido tan incierto.
Dame paz en las noches para dormir sin esa opresión.
Vamos, hazte presente en todo lugar donde se te necesite. Métete en su corazón, visítalo y muéstrale todo lo que parece que de mi ya no quiere ver.
Esperanza ayúdame. Hagamos una lista juntas de todo aquello que nos hace bien y de cuantos planes podremos hacer juntos.
Esperanza, fortalece a mis hijas. El mundo hará sufrir pero yo puedo enseñarles a amar y a vivir más del amor que de las decepciones.
Ilumina el futuro, este camino hoy lleno de dudas y temores. Ábrete paso entre estos días aciagos.
Esperanza, estás presente y no te estamos dando nada a cambio. No hay ninguna señal, no da ninguna señal y aún así estamos juntas. Sigamos.
Natalia no se va a separar de Esperanza.
A veces toma tiempo darse cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor, y así llegaste a mí. Palabra hermosa, nombre bendito promesa para siempre.
Vamos! Toca su corazón, soplemos los vientos de la pena y hazle entender que todo lo bueno está por venir. Qué tendrá una familia a lo largo del tiempo.
Porque sigue siendo su cara la primera que quiero ver al levantarme y la ultima al dormirme.
Explícale que si no lo agobio con lo que siento es solo por miedo. Pero aquí estoy, aquí estamos. Basta que esa rendija se abra un poco para entrar corriendo y abrazarlo y amarlo cada segundo de lo que me queda por vivir.
Esperanza por favor! Nunca más es un tiempo muy largo, nuestro matrimonio recién comienza, el resto de nuestras vidas recién comienza. Que sea juntos, los 2, los cuatro...
Dile, explícale cuánto lo amo. Anda! Intenta que te escuche más de lo que a mí. Qué entiende que tiene mi vida entera, que no hay regalo más grande que el amor y el perdón. Que la reconciliación está en nosotros.

Esperanza no te separes de nosotros.